Esta es una receta sencilla para convertir esas fabulosas sardinas que hemos encontrado en el mercado en un aperitivo de categoría. Podemos tomarlas en aceite o acompañarlas con pan y un poco de salmorejo, mayonesa, pisto o cualquier otra guarnición que os apetezca.
Ingredientes:
Limpiamos las sardinas bien, quitándoles las escamas y las tripas. Yo las metí en sal tal cual, con cabeza y enteras, aunque es preferible sacar los lomos porque cuando las saquéis de la sal se habrán secado y os costará un poco más.
En un recipiente amplio ponemos una cama de sal y luego disponemos las sardinas unas junto a otras. Cubrimos con sal. Repetimos estos pasos hasta terminar con todas las sardinas. Por último debemos poner una capa de sal que las cubra bien.
Metemos el recipiente en la nevera y lo dejamos un par de días. Pasado ese tiempo las sacamos de la sal y las lavamos bien con agua. Las secamos con papel de cocina y las conservamos en otro recipiente con aceite de oliva virgen extra.
¡Listas para consumir!